25/06/2020
Itala Laurente
(Politóloga, UNMSM, Perú. Magíster Gerencia Social, PUCP. Estudiante de la Maestría en Políticas Científicas y Tecnológicas, Unicamp, Brasil.)
itala.laurente@gmail.com.
Este artículo es una versión reducida desarrollado por la autora a partir de su trabajo final para DiGI 2019.
El ensayo recopila y analiza algunos de los principales acontecimientos y estudios regionales vinculados con las características y efectos del discurso de odio en situaciones electorales. Este documento inicia con una discusión sobre el discurso de odio y la libertad de expresión; seguido de la (in) tolerancia e (In)civilidad; luego, las redes sociales y la política; para finalmente dar algunos alcances académicos sobre el tema y consideraciones finales.
El discurso de odio e intolerancia política lleva a una serie de reflexiones sobre cuándo un discurso es de odio o no, y si la libertad de expresión se ve afectada. El artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, establece el derecho del individuo a la libertad de opinión, asimismo, Kaye (2016) expresa que las ideas contribuyen con la participación, el debate público y propician reacciones que motivan la opinión y el pensamiento crítico.
Kaye (2016) considera que a menudo se usa el término apología o discurso de odio para imponer ciertas prohibiciones que afectan la libertad de expresión, esto es lo que Jasanoff (1987) considera como el uso del lenguaje o términos como instrumento estratégico en situaciones controversiales, que sirven a intereses particulares.
La Rue considera que las personas tienen derecho a no ser discriminadas por razón de origen, social, racial, étnico o religioso, discapacidad, género o sexualidad, no obstante, observa un aumento de las expresiones de odio, que desvirtúan el derecho y protección de la libertad de expresión, la cual “debe ir acompañada de esfuerzos para combatir la intolerancia, la discriminación y la incitación al odio” (La Rue, 2012, pp.12).
(In) tolerancia e (In)civilidad
En su libro Teoría de la Justicia (1971), Rawls determina que la tolerancia es un fin en sí mismo y que ella es neutral, que una sociedad justa tiene que tolerar al intolerante. Desde otro punto de vista, la Paradoja de tolerancia de Popper señala que el tolerante corre el riesgo de ser disminuido por el intolerante, esto es, ser intolerante con la intolerancia (Popper, 1994).
Por otro lado, la civilidad está dirigida por el comportamiento respetuoso de lo que es ser ciudadano, las normas que promueven la convivencia colectiva y pública, y fortalecen la relación con los otros (Sampaio, Lopes Silva, 2017). Entre tanto, la incivilidad es el comportamiento irrespetuoso en el discurso, prácticas o reglas de convivencia pública. Específicamente, la incivilidad política puede ser comparada con la teoría de la ventana quebrada de Wilson y Kelling, en la cual los comportamientos antisociales e intolerantes son permitidos y llevan al desorden, entonces, esas son “ventanas rotas” que denotan abandono. Este tipo de contenido degrada calidad del debate político, polariza el discurso y disminuye el compromiso político (Jasso, 2015).
Redes sociales y política
Las redes sociales son usadas como una herramienta para el trabajo político, los militantes y activistas políticos utilizan Internet y las redes como nuevas formas de comunicación masiva (Fernández, 2012). Por ejemplo, Twitter, ofrece un espacio de socialización para la ciudadanía, con acceso directo y actualizado a la información y la posibilidad de participar en debates sin censura, entonces, el espacio público se torna digital (Fernández, 2012; Sampaio, Lopes, 2017). Desde el punto de vista electoral, Twitter es parte de la estrategia de comunicación en las campañas, debido a la fluidez de los mensajes, además de generar una relación entre el candidato y su electorado. En ese escenario, hay una existencia de trolls y noticias falsas que polarizan el debate y crean incivilidad e intolerancia en la sociedad.
Ferguson (2017) considera que las redes sociales desempeñan un papel importante en la sociedad política de forma que estas influyen en los resultados de las elecciones. Por esto, cada vez más las redes sociales influyen en los resultados de las elecciones, como sucedió en los Estados Unidos durante la campaña de Barack Obama en el 2008 y Donald Trump en el 2016. En América del Sur, situación similar sucedió en las campañas electorales de Colombia en el 2010 y en el 2018, de Brasil en el 2018, Perú en el 2016 y Chile en el 2017.
Alcances académicos en discursos de odio e incivilidad política
La presencia de discursos de odio e intolerancia política preocupan, ello se refleja en los trabajos de investigación, el conocer dichos estudios ayuda a entender la problemática y buscar futuras soluciones. Así, tenemos el estudio Iria Puyosa, citado por Fernández (2012), que identifica cuatro conglomerados de electores, el estudio mostró que la mayoría de los entrevistados sigue tanto a los políticos estén o no a favor de ellos.
Asimismo, el trabajo de Papacharissi (2004), quien en el contexto norteamericano explora el discurso civil en el ciberespacio para examinar el nivel de civilidad en las discusiones sobre grupos políticos on line. El autor investiga casos de incivilidad y estrategias asociada a esos comportamientos.
Bessi y Ferrada (2016), citado por Rodríguez-Andrés (2018), analizan 20 millones de tweets generados entre setiembre del 2016 y octubre del 2016, encontrando que 400 mil de ellos eran generados por bots, que representan el 19% de la conversación total, distorsionando el debate en Twitter durante las elecciones en los Estados Unidos, favoreciendo principalmente al presidente Donald Trump.
Además, el trabajo de Theocharis et al. (2016) analiza las elecciones en la Unión Europea. Los autores utilizan el análisis automatizado para codificar todos los mensajes en medios sociales. Los resultados mostraron una relación positiva entre el compromiso de los candidatos en Twitter y la exposición a ataques y asedio por parte de los ciudadanos.
El estudio de Munger (2017) analiza la manera por la cual las personas aprenden sobre reglas de comportamiento político en línea y presenta propuestas sobre cómo combatir la incivilidad partidaria usando la inteligencia artificial en las elecciones norteamericanas. El investigador usa bots que compartían una identidad política, así como el envío de mensajes que apelaban al principio moral usando temas que promueven la civilidad partidaria.
Por otro lado, Rodríguez-Andrés (2016) ofrece una descripción de cómo Trump usó las redes sociales y cuáles eran las estrategias digitales. Este estudio concluye que las redes sociales tuvieron un papel importante en las elecciones. Según el autor, Trump ganó a Hillary Clinton porque movilizó al público y enfatizó los puntos débiles de la candidata, asimismo, afirma que la estrategia propició el llamado voter suppression, que asemejó la duda sobre la candidata Clinton y originó anuncios negativos sobre su carrera. Significativamente, el autor dice que “es urgente proseguir con más investigaciones sobre las extremas polarizaciones, la diseminación de no verdad y el sobre espectáculo del mensaje político” (Rodríguez-Andrés, 2018, p. 849).
En América del Sur, podemos destacar algunos estudios, como el trabajo cualitativo de Sampaio y Lopes Silva (2017) que analiza las prácticas de discurso de odio en los perfiles oficiales de los senadores de Brasil durante el impeachment de la ex presidenta Dilma Rousseff. Los autores visualizan la presencia de un discurso de odio explícito, velado, misógino y sexista.
En Colombia, la Misión de Observación Electoral (2018) realizó un informe sobre la conversación de la ciudadanía en redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, etc., usando procesamiento de lenguaje natural, se obtuvo como resultados que el 20% de la población envía mensajes de intolerancia y polarización. Los mensajes más agresivos son en el ámbito político y las ciudades más agresivas eran Bogotá, Manizales, Armenia, Pereira, Medellín e Ibagué.
De forma semejante, en Chile, un estudio titulado Radiografía del odio en Twitter, dio como resultado el perfil del chileno en esta red, siendo la mayoría hombres (70,3%), que escriben comentarios agresivos principalmente los lunes y jueves y aumentando el nivel de agresividad en la madrugada (Cooperativa, 2017; La Tercera, 2017).
Reflexiones finales
El presente trabajo evidencia la preocupación por analizar y entender qué está sucediendo y cómo son los niveles de agresividad en las redes sociales y su uso en el ámbito político, especialmente durante las campañas electorales, sin desconsiderar la libertad de expresión. No obstante, aún hay camino por recorrer, que es el de buscar soluciones, por lo menos parciales, para disminuir los niveles de agresividad e intolerancia política en las redes sociales.
Por el momento, en el 2019, tanto Twitter, Facebook, Google y Microsoft, fortalecieron las políticas de contenido en las redes, con el objetivo de reprimir todo tipo de discurso agresivo en sus plataformas, sin embargo, eso no es suficiente, porque también es importante concientizar al usuario a no crear ni propalar este tipo de información.
Finalmente, algunas soluciones que podrían ser consideradas para los discursos de odio e incivilidad política, son que los países implementen medidas legislativas contra estos discursos, difusión de mensajes positivos de convivencia política y social en medios de comunicación y en el sector público y privado; así como promoción de la empatía.
Cooperativa.cl (2017). Radiografía del odio en Twitter: estudio perfila como es el troll chileno. Recuperado de: https://www.cooperativa.cl/noticias/tecnologia/redes-sociales/twitter/radiografia-del-odio-en-twitter-estudio-perfila-como-es-el-troll-chileno/2017-01-21/095115.html
Ferguson, N. (2017). Polarização das redes sociais faz sociedade viver estado de ‘incivilidade’, diz historiador. OGlobo
Fernández, C. (2012). Twitter y la ciberpolítica. Anuario Electrónico de Estudios En Comunicación Social “Disertaciones,” 5(1), 9–24. Recuperado de http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/Disertaciones/
Jasanoff, S. Contested Boundaries in Policy-Relevant Science. Social Studies of Science, 17(2):195-230, 1987
Jasso, L. (2015). El desorden y la incivilidad en el espacio. Aproximaciones de política pública para su planteamiento. Revista Alter, Enfoques Críticos, 5(12), 52–67.
Kaye, D. 2016. Promoción y Protección Del Derecho a La Libertad de Opinión y de Expresión.
La Rue, F. 2012. Promoción y Protección Del Derecho a La Libertad de Opinión y de Expresión.
La Tercera (2017). Estudio chileno reveló que los hombres lideran en ranking de mensajes violentos en Twitter. Recuperado de: https://www.latercera.com/noticia/estudio-chileno-revelo-los-hombres-lideran-ranking-mensajes-violentos-twitter/
Misión de Observación Electoral (2018). El 20% de la conversación sobre las elecciones en Colombia para por agresividad e intolerancia. Recuperado de: https://moe.org.co/20-de-conversacion-sobre-elecciones-en-colombia-pasa-por-agresividad/
__________ (2018). Discurso de intolerancia. Recuperado de: https://moe.org.co/wp-content/uploads/2018/04/Informe_Intolerancia_MOE_Publicado-1.pdf
Munger, K. (2017). Don’t @ Me: Experimentally Reducing Partisan Incivility on Twitter. New York. Recuperado de http://cess.nyu.edu/wp-content/uploads/2017/02/Dont-@-Me.pdf
__________ (2017). Experimentally Reducing Partisan Incivility on Twitter, 1–31. Recuperado de http://cess.nyu.edu/wp-content/uploads/2017/02/Dont-@-Me.pdf
Papacharissi, Z. (2004). Democracy online: civility, politeness, and the democratic potential of online political discussion groups. New Media & Society, 6(2), 259–283. https://doi.org/10.1177/1461444804041444
Popper, K. (1994). La sociedad abierta y sus enemigos. Paidos. Retrieved from https://www.academia.edu/36566998/Popper_Karl_La_sociedad_abierta_y_sus_enemigos_I-II
Rawls, J. (1971). Teoría de la justicia. Cambridge: The Belknap Press of Harvard University Press. Recuperado de https://etikhe.files.wordpress.com/2013/08/john_rawls_-_teoria_de_la_justicia.pdf
Rodríguez -Andrés, R. (2016). Buscando Votos Online: Las campañas electorales de Hillary Clinton en Internet y las redes sociales. In A. Kaufmann & C. Crespo (Eds.), Hillary. El poder de la superación (pp. 179–193). Madrid: Los libros de la catarata.
___________ (2018). Fundamentos del concepto de desinformación como práctica manipuladora en la comunicación política y las relaciones internacionales. Historia y comunicación social, 23 (1), 231-244.
___________(2018). Trump 2016: ¿presidente gracias a las redes sociales? Palabra Clave, 21(3), 831-859. DOI: 10.5294/pacla.2018.21.3.8
Sampaio, R., & Lopes Silva, L. (2017). Impeachment, Facebook e Discurso de Ódio: a incivilidade e o desrespeito nas Fanpages das senadoras da república. Revista Esferas, 6(10), 95–107.
Theocharis, Y., Barberá, P., Fazekas, Z., & Adrian, S. (2016). A Bad Workman Blames His Tweets. The Consequences of Citizens’ Uncivil Twitter Use when Interacting with Party Candidates.